Que Bávaros

Muy pocas veces se discute un título o se pone en duda a un campeón. El año pasado me di el lujo de cuestionar al Chelsea por la forma muy mezquina de afrontar una final de Champions ante Bayern Múnich, con un planteamiento no acorde con la calidad de jugadores que tenía en ese momento.

Pero es distinto ahora, la final de hoy fue una demostración que el fútbol alemán esta en un nivel que ya esta a la altura de las grandes ligas, que es lo que le ha permitido colocar dos equipos en la final de Champions y además lo pone como candidato al Mundial de Brasil el próximo año.

Bayern fue sorprendido por un Borussia que le ‘prepoteo’ el partido en los primeros 30 minutos, con ‘pressing’ en salida de los bávaros y ataques por los lados que terminaban en un intento por encontrar a Lewandowski a tiro de gol, pero Bayern ‘capeo’ ese temporal amarillo y tuvo 3 ocasiones de gol en los pies de Robben que acabaron en la humanidad de Wiederfeller.

Pero el mejor del primer tiempo fue el también arquero de Bayern, Neuer que ahogó 5 disparos de gol de Borussia. Partido de ida y vuelta, intenso, con ritmo, con futbol y con un Borussia que le quitó el protagonismo al favorito de la tarde.

Empezando el segundo tiempo, Bayern se dio cuenta que tenía que sacar la credenciales de candidato, que dejo en el camarín durante el primer tiempo y tomo la rienda del encuentro. Muller seguía tapado por la defensa amarilla, pero Ribery y Robben empezaron a cambiar de perfil y terminaban juntándose para hilvanar juego al medio del campo rival.

Y así llega el gol de Bayern a los 59 minutos, desborde de Robben ante pase de Ribery, centro al medio ante la salida de Wiederfeller y Mandzukic anota. Borussia se fue con todo y logra un penal a favor gracias a una brutalidad de Dante, que quiso sacarle el hígado en el área a Reuss. Cobra Gundogan y el empate llega a los 66 y todo empezaba de nuevo.

Pero el fútbol da revanchas, y así lo entendió Robben, que sabiendo que no estaba en los planes de Guardiola y que esta es su tercera final consecutiva, tenía que ‘sacarse el clavo’. Y así lo hizo, saque de Neuer, recepción y ‘taco’ de Ribery y aparece Robben entrando al área y definiendo con riqueza técnica y sobretodo con tranquilidad, esa que no lo acompaño en las anteriores ocasiones que tuvo.

Termina el partido y se acaba una época para Bayern Múnich, campeón de un torneo que demoro 3 años en reconocerlo. Que a partir de Junio entrara a otra etapa futbolística, con la mitad de esta plantilla fuera y con una mística que lo convertirá en el más fuerte rival del Barcelona en Europa.

Quiero hacer un acápite aparte para Claudio Pizarro, de lejos el jugador más ganador de la historia del fútbol peruano. No reconocer sus logros o minimizar su carrera en medición totalmente contrapuesta a su rendimiento en la Selección Nacional, denota una animadversión patológica, una mezquindad lindante con la estupidez y un encono que escapa a cualquier análisis futbolístico o sicológico.

Basta de hacerle ‘bullyng’ al jugador más emblemático que tenemos y que es más querido afuera que en su propio país. Ya dejémonos de estupideces, la libertad de muchos a opinar se ha convertido en el Libertinaje de decir cualquier cosa.

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